martes, 20 de septiembre de 2011

Seguimos en la cuna III: el Vigilabebés


Uno de los inconvenientes de tener permanente la cuna sin una de sus barreras es el peligro que corren estos exploradores de caer de la cama en sus intrépidas aventuras a lo largo y ancho del colchón.
Hay que tener previsto un plan de contingencia y en cada casa los padres se las van apañando cuando se dan cuenta de que sus bebés van por delante de las expectativas de desarrollo y "hay que andar con mil ojos"
Pues bien, a nuestro nido vino a parar un ojo más y hoy voy a hablar de él:


Digimonitor 3,5". Miniland


La especificaciones técnicas están en el enlace. Yo voy a dar mi opinión sobre el aparato...

Su función principal la cumple bastante, bastante bien: la imagen. Clara y sin interferencias. La cámara se puede enfocar y girar. Tiene un autorregulador de luz para modo infrarrojo o modo normal. Problema: cuando está en penumbra, algo habitual por ejemplo cuando el peque se echa la siesta. Como hay poca luz, pero es luz de día, la cámara se vuelve un poco loca y tú te llevas sustacos porque el monitor destellea y no sabes si hay fantasmas en la habitación...pero como se trata de que tu vista salte a fijarse en el monitor cuando hay movimiento...al final te pasas todo el rato mirándolo y poca concentración puedes poner en lo que estás haciendo (es decir es regular de apto para papá ;)

El sonido tiene para mí varios peros:
  1. No es verdad que no tenga interferencias. Tiene ruidito molesto como cualquier otro intercomunicador del mercado.
  2. Para evitarse esas interferencias (que es lo que publicitan)lo que hace el aparato es que si no hay ruidos evidentes simplemente lo silencia. Fallo gordo...por mucho que te esfuerces -y si hay alguna mujer en la sala sabe de lo que hablo- no logras oír la respiración del bebé (es decir...es regular de apto para mamá ;)
  3. El bloqueo del audio hace que éste tenga retardo.
  4. Voy a poner aquí las musiquitas. En total 3. Tres melodías que son, lo digo claramente... FEAS. No las vas a poner, a no ser que le des sin querer al botón, lo cual pasa a menudo ya que se activan en un lateral del monitor, que es precisamente por donde lo agarras.






El sistema de intercomunicador bidireccional funciona bien aunque es un poco inútil. Aquí lo usamos para jugar. Quizás dentro de unos meses edite este comentario porque haya descubierto su gran utilidad.



Mención aparte merece las luces de compañía que trae la cámara...un aro de leds que va cambiando el color. Nuestro bebé ya sabe que es la nave espacial en la que vino la luz que le acompaña desde que era un recién nacido: el Spöka del Ikea.


Este derroche de energía de la cámara pasa su factura en forma de dependencia al cable. Tiene un compartimento para pilas, pero se las merienda en menos de 10 min. En el servicio técnico de Miniland te dicen que compres unas pilas en concreto. Da igual. Ése tipo de pilas -las que te recomiendan- tienen una barra en la que se puede medir la energía. Quitas la pila y observas que está prácticamente al 100%. La empresa se escuda en que la cámara es tan buena que necesita estar permanente conectada a la red. Obviamente esto es ¡una memez!
Éste es uno de los pecados del producto. El otro es que quita el wifi. El servicio técnico te sugerirá que cambies de canal (explicación fácil en las instrucciones) no sólo sigue quitando amplitud de wifi sino que cuanto más bajes de canal menos alcance tendrás con el vigilabebés.
Ambos pecados, junto con el tercero: el precio (ronda los 230€), hacen que este producto "¡no tenga perdón de dios!"

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