creación de Tania Brea, florista |
Salí de donde estaba sin aquello que fui a buscar, pero contenta gracias a dos ortensias, unas cuantas fresias,un sol de noviembre y una nueva amiga: María.
En este nido, y en el de María, hay hoy dos soletes sanadores que brillan fuerte de día (y a veces también de noche) y lo que quedó de esas flores sigue aquí recordándome que no es tan difícil tirar p'alante.
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