Feito pola miña nai: bandolera

Estos días una compañera del grupo de costura compartió con nosotras la noticia de que su mejor amiga va a estrenar maternidad. ¿Qué le puedo hacer? ¡Qué pregunta tan...mmm entrañable!

Una bandolera, la opción que más me ha gustado. Yo reestrené mi máquina con una. En esta casa nos ponemos mucho a nuestro bebé, así que estamos muy equipados en lo que a porteo se refiere. A Papá le encanta el pouch que le regaló su amiga Camelia de cangurinos. Es muy útil para ellos porque no tienen ni que quitárselo cuando el peque baja del portabebés, y suelen tener buen hombro para soportar el peso asimétrico. 
La bandolera...suena más femenina...la asociamos a la imagen tradicional de mami porteadora y es muy útil para dar teta, además la puedes llevar en cualquier bolso porque abulta poco.

Como hacía poco que me habían regalado una manduca cuando decidí que quería una bandolera no me apetecía meterme en otro gasto (40 € me contó una amiga que le había costado la suya). El par de anillas cuesta menos de 6€ y la tela, pues depende, la que yo compré salió sobre 4 € y daba para dos bandoleras, así que echad cuentas...

Busqué por la web y encontré el tutorial del blog de Twins outside. Explicado con todo lujo de detalles. Por encima tuve la suerte de que Dawn de Mi rincón de mariposas se animó a hacer tres entradas monográficas, la última con tutorial incluido. Lo genial de Dawn es que tiene la capacidad de hacer fácil lo difícil y así ¡cualquier no se anima!

Las diferencias entre ambos métodos son mínimas. Cada una utiliza un tipo de tela distinto. Sábana vs fular tejido. Para mi gusto la sábana es más fresquita y el fular tiene un punto algo más adaptable, sobre todo cuando lleva un tiempo de trote. En cuanto a los utensilios en Twins outside se usa una remalladora, como yo, queridos reyes magos, no tengo remalladora pues hice dobladillos en todos los laterales. ¿Qué más utensilios? ¡ah! sí...simplificando: para hacer la bandolera sólo hay que meter el extremo vertical de la tela por la anilla y luego cerrar la tela, cosiendo. Yo os recomiendo que para sujetar la tela uséis alfileres y para marcar tracéis una línea.

Para mí lo más difícil de la manufactura de esta prenda fue conseguir que no hiciese pliegues la tela al mismo tiempo que cuidas de que los bordes coincidan, tal como las expertas sugieren. Para ello tuve que ir parando, levantando el prensatelas, estirando bien la tela, abajo prensatelas y así hasta acabar.

Para decorarla escribí una poesía del Yerma de Lorca con un rotulador permanente para tela. Compré varios y el que más me gustó fue uno que encontré en una tienda de pinturas. Tiene punta de pincel y según la presión que se haga escribe más fino o más grueso.

¡Ahhh, los versos!...

¿De dónde vienes, amor, mi niño?

«De la cresta del duro frío.»

(Enhebra la aguja)

¿Qué necesitas, amor, mi niño?

«La tibia tela de tu vestido.»

¡Que se agiten las ramas al sol

y salten las fuentes alrededor!

(Como si hablara con un niño.)

En el patio ladra el perro,

en los árboles canta el viento.

Los bueyes mugen al boyero

y la luna me riza los cabellos.

¿Qué pides, niño, desde tan lejos?

(Pausa)

«Los blancos montes que hay en tu pecho.»

¡Que se agiten las ramas al sol

y salten las fuentes alrededor!

(Cosiendo)

Te diré, niño mío, que sí.

Tronchada y rota soy para ti.

¡Cómo me duele esta cintura

donde tendrás primera cuna!

¿Cuándo, mi niño, vas a venir?

(Pausa)

«Cuando tu carne huela a jazmín.

¡Que se agiten las ramas al sol

y salten las fuentes alrededor!